Lecciones de la Historia Naval

La Numismática del 2 de Mayo

EDUARDO CARLOS DARGENT CHAMOT

SETIEMBRE 2021 | REVISTA DE MARINA | N° 2-2021

RESUMEN:

El histórica victoria de la Escuadra aliada en el combate del 2 de mayo de 1866 dejó un conjunto de medallas, monedas, condecoraciones y monumentos como parte de su memoria. El artículo detalla la producción numismática relacionada con el combate y se detiene también en la construcción del monumento al 2 de mayo de 1866 en Lima.

Introducción

En la década de 1860 España, queriendo estar a la par con los otros países europeos que estaban adquiriendo colonias en el África y Asia, participó en las incursiones de los franceses a Veracruz y a motu proprio en una invasión a Santo Domingo.

Esto les dio aires para intentar recuperar algunos territorios en América del Sur y con los argumentos de una expedición científica y la falta del pago de la deuda de la independencia organizaron un ataque velado a Chile, Bolivia, el Perú y Ecuador.

Encontraron una excusa en la muerte de un colono español en una hacienda en la costa peruana para ocupar las islas Chincha, productoras de guano, para con ello cobrarse la supuesta deuda. Esto llevó a una revolución contra el presidente Juan Antonio Pezet encabezada por el general Mariano Ignacio Prado por haber aceptado las humillantes condiciones impuestas por los españoles.

Ante la captura de los chilenos de La Covadonga, una de las naves españolas, el almirante en jefe de la escuadra ibérica José Manuel Pareja se suicidó.

Luego la escuadra unida enfrentó en Abtao a las fuerzas españolas tras lo cual estas bombardearon e incendiaron el puerto Chileno de Valparaíso dejándolo arrasado y causando infinidad de muertos. El siguiente paso de la escuadra invasora fue atacar el Callao, lo que llevó al heroico combate del 2 de mayo de 1866. Tras el fracaso español en la rada chalaca, su escuadra tuvo retirarse para no regresar más.

El resultado numismático de esta epopeya está lleno de medallas, condecoraciones y monumentos que han quedado como testigos. Incluso pasado el conflicto, hubo billetes en los que se rindió tributo al ministro de guerra y héroe del Callao José Gálvez y un billete de Tranways de Lima en el que se ve el monumento del dos de Mayo que presenta a los cuatro países unidos rodeando una columna coronada por Nike.

El primer efecto que tuvo la incursión de los españoles en la numismática fue la medalla que se acuñó en Lima con motivo de la reunión del Congreso Americano realizada en ésta capital para estudiar la situación a la cual asistieron delegados de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala y Venezuela. El congreso se instaló el 28 de octubre de 1864.

De los países asistentes, fueron cuatro los que decidieron unirse para enfrentar el peligro común, por estar en el litoral Pacífico de Sud América y amenazados directamente por las pretensiones ibéricas., Bolivia, Chile, Ecuadory el Perú. Esta unión comenzó el 12 de enero de 1866 con la firma de una alianza entre el Perú y Chile y la declaración de guerra a España. Poco después, se unirían Ecuador (el 30 de enero) y Bolivia (el 22 de marzo),

Si bien se ha hecho un breve resumen de los acontecimientos al iniciar esta nota debe recordarse que en el combate de Abtao don Miguel Grau Seminario fue una de las figuras destacadas.

Tras el enfrentamiento de Abtao el gobierno peruano mandó acuñar una medalla a la que tendrían derecho todos los tripulantes de la escuadra aliada, en cuyo anverso se podía leer «A los vencedores de Abtao» y en su reverso «7 de febrero, 57 cañones contra 92».

Lo que aquí se pretende, sin embargo es centrarse en lo que le toco directamente al Perú y eso se encuentra en el glorioso encuentro llevado a cabo en la rada del Callao el 2 de Mayo de 1866 y ver como este hecho ha sido recordado en la medalla, la moneda.

El Combate del Callao, también llamado Combate del 2 de mayo de 1866, fue un enfrentamiento en aguas de este puerto peruano entre una escuadra de la Armada Española, al mando del almirante Casto Méndez Núñez, y las defensas del Callao, bajo el mando del ministro de Guerra don José Gálvez Egúsquiza y en el mar por la escuadra unida.

Ante la imposibilidad de encontrar a la flota aliada para hundirla o capturarla, el nuevo Comandante General de la Escuadra, Casto Méndez Núñez, en cumplimiento de las órdenes dadas por su gobierno, bombardeó e incendió el puerto de Valparaíso. Este puerto estaba indefenso, por lo que el bombardeo fue duramente criticado como un innecesario acto de crueldad contra la población civil. Terminada la acción, la Escuadra puso rumbo a la Isla San Lorenzo, en el Callao con la idea de repetir lo perpetrado en Valparaíso..

Al tener noticias de lo ocurrido en la costa chilena y de la inminente llegada de la flota española, el gobierno peruano inició la construcción y reforzamiento de las defensas costeras del puerto contando desde el principio con la entusiasta colaboración del pueblo.

El día 1 de Mayo el Callao estaba embanderado. Las compañías de bomberos formados básicamente por extranjeros y los equipos médicos apostados en los hospitales estaban todos preparados para apagar incendios y curar a los heridos. Ese día el presidente, general Mariano Ignacio Prado arengó a los combatientes recordando cómo, en tiempos pasados, se había retirado el pabellón español de los castillos del Callao y terminaba diciendo:

Soldados y Marinos: nuestra causa es la causa de toda América, Defendemos el honor y la libertad de un continente. ¡Viva el Perú!”

Las defensas del puerto estaban compuesta desde el mar por el Monitor Loa, el Monitor Victoria y los Vapores Tumbes, Sachaca y Colón. Desde tierra esperaban al enemigo doce puntos armados, la torre de la Merced y la Torre de Junín con dos cañones Armstrong de 300 lb cada una; dos fuertes el Santa Rosa y el Ayacucho, siete baterías con cañones de diversos calibre y el famoso cañón del pueblo.

No era poco lo que estaba en juego. Además del honor nacional que ya había sufrido la humillación de la ocupación de las islas Chincha y el tratado Vivanco Pareja, las órdenes dadas a la escuadra española por el Mayor General Capitán de Navío Miguel Lobo y Malagamba eran definitivas. Se trataba de repetir la vergonzosa acción de Valparaíso. El jefe español, que no imaginaba lo que ocurriría unas horas más adelante terminaba su arenga diciendo:

En el bombardeo de la población no se cesará sino después de ser indudable que la importancia del fuego es tal que la dejara reducida a cenizas.

Tras el triunfo el Perú hizo acuñar una medalla de 77mm de diámetro en recuerdo de la acción del 2 de Mayo. La medalla fue grabada en Londres por el artista Harry Emanuel y muestra en el anverso a los cuatro países aliados representados por sendas amazonas y la inscripción “ALIANZA AMERICANA DE MDCCCLXVI” y al reverso toda el área está cubierta por una vista aérea del Callao en la que se aprecian las torres y el humo en la costa y los buques en la rada. En lo altola representación de Perú y Chile miran la batalla. Esta es una de las piezas más bellas de la medallística peruana.

Si bien no hubo monedas para recordar la victoria del Dos de Mayo de 1866, tres de una misteriosa series de cuatro billetes de “La Compañía General del Perú” fechados en 1873 que nunca entraron en circulación, fueron resellados en 1880 como fraccionarios de los Incas, moneda de oro creada por el presidente Nicolás de Piérola en su intento por detener la inflación galopante producida durante la guerra con Chile.

En sus cuatro valores, 1, 5, 20 y 100 Soles, los billetes de la Compañía General del Perú llevan la imagen del héroe José Gálvez. En los de 5 y 100 Soles, Gálvez es presentado a la romana con toga y corona de laurel. En el billete de un sol el héroe esta flanqueado por dos fasces, símbolo de la libertad. A la izquierda hay un navío y a la derecha se aprecia una torre y un ferrocarril cruzando un puente, símbolo éste del progreso. La viñeta completa es tomada de la preparada por la National Bank Note Company de Nueva York, impresora de los billetes de la Compañía General.

La plaza 2 de mayo.

El Combate Naval del 2 de Mayo de 1866 en la rada del Callao fue considerado en su tiempo como la segunda independencia por lo que el monumento que lo recordase debía resaltar los detalles del evento y el genio del arquitecto y del artista lo logró a la perfección.

Poco después de la contienda, el general Mariano Ignacio Prado, dispuso que se levantase en la colonial plaza llamada “Ovalo de la Reina” en la que se encontraba la portada del Callao, un monumento que recordara el triunfo. Acto seguido se encargó al poeta ecuatoriano Numa Pompilio Llona la elaboración y seguimiento del proyecto.

Llona llamó a concurso en París y se presentaron 36 propuestas siendo la ganadora por unanimidad la del arquitecto francés Edmond Guillaume y el escultor Louis Leon Cugnot.

Si bien Inicialmente la columna debía estar coronada por la estatua del héroe de la jornada, José Gálvez, posteriormente se consideró que el monumento debía honrar a todos los caídos de las cuatro repúblicas y se decidió colocar sobre la columna una Victoria alada que en una mano llevase la espada representando el valor de nuestros guerreros y en la otra la palma del martirio.

En el tercio inferior de la columna cuatro “rostrums” o proas de galera indican en el más puro sentido clásico que lo que se celebra es una victoria naval. En torno a la base cuatro mujeres representan a los países unidos para combatir juntos al enemigo: El Perú, Ecuador, Bolivia y Chile. Bajo estas, unas placas, también en bronce, muestran los momentos decisivos del enfrentamiento.

Poco después de haberse cumplido una década del combate, el 29 de julio de 1876 se inauguró la Plaza 2 de Mayo en cuyo centro se colocó el monumento. Con el tiempo se encargó el diseño de la plaza a otro francés, esta vez el arquitecto Claude Sahut y posteriormente el conjunto se benefició con algunas modificaciones hechas por el ingeniero Ricardo Malachowski y así es como ha llegado a nuestros días.

La primera imagen publicada del monumento en el Perú, que fue la que aparece en la medalla diseñada por grabador Robert Britten y acuñada en la Casa de Moneda de Lim. En la medalla se indica que el monumento se inauguró siendo presidente del Perú Don Manuel Pardo el día 29 de julio de 1874. En el centro del anverso aparece la victoria alada con la espada y la palma.

El impacto del monumento en el imaginario local fue tal que, tres años después de su inauguración, la Empresa de Tramways de Lima mandó ilustrar sus billetes de 5 centavos que correspondían a un “pasaje de primera” con la imagen del mismo. Estos billetes fueron impresos por la “National Bank Note Company” de Nueva York y fueron fechados el 28 de julio de 1877.

El viajero alemán Ernesto W, Middendorf, en sus memorias del Perú, dedica algunas líneas al monumento tal como lo vio, y termina describiendo la escultura del héroe que se encuentra bajo la estatua que representa al Perú de ésta manera: “En la parte que se orienta al mar se encuentra sobre una pequeña plataforma la figura que reproduce la muerte del coronel Gálvez.” Bajo ésta se colocó una placa con la siguiente inscripción:

A los defensores del Perú y la América que renovando las glorias de la Independencia rechazaron la invasión española y sellaron la unión Americana en el Callao el 2 de mayo de 1866. La patria reconocida ha elevado éste monumento para memoria y ejemplo de las generaciones venideras. MDCCCLXXIII.

Desde comienzos del siglo XX fueron varias las postales que se publicaron mostrando el monumento, entre ellas una del mayor productor de postales del Perú Eduardo Polack Schneider. Esta postal, por el estilo del borde se sabe que fue impresa en la primera década del siglo, está fechada a mano en 1914.

En cuanto a las monedas metálicas relacionadas a esta acción de armas no se produjeron hasta el centenario de la batalla en 1966. Curiosamente en ese año se acuñó una pieza de 20 Soles de plata que no debería entrar en la categoría de moneda ya que no se hizo para circular, función básica para ser llamada como tal, sino como seudo moneda para coleccionistas. Sin embargo, por esos misterios del destino, hubo quienes las consideraron de buena suerte y las usaron en el hipódromo, dándoles, sin querer, el carácter de moneda circulante. La moneda del centenario del dos de Mayo fue diseñada y grabada por el artista de la Casa de Moneda Armando Pareja Landeo, creador de algunas de las piezas numismáticas más bien logradas del Perú.

Como se ha podido ver, el combate del Callao ocurrido el 2 de mayo de 1866 ha estado presente en la numismática nacional desde el primer momento y el recuerdo de ese enfrentamiento considerado como la segunda Independencia ha quedado grabado en metal para recuerdo permanente de las generaciones.

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